Thursday, October 26, 2006

UNA CARTA DE AMOR

No sé si soy egoísta al traerte a mi mundo. No sé si esta bien alejarte de todo lo que conoces. No sé si un ángel siente frío en la oscuridad.

Sólo sé que vas a sufrir mientras intento amarte, en lo que te acostumbres a las espinas de mis rosas, a mis silencios oscuros y la violencia de mis besos.

Sé también que mientras caiga la tarde de este invierno de mi vida, no sentiré mas la soledad y el dolor de los amores pasados será un tormento menos amargo.

Espero que tu cercanía a mi no te lastime, que no te corrompas con las tinieblas de mi alma, quiero que tu luz me libere y me haga ser un mejor hombre para ti.

Espero que mis viejos vicios tengan arreglo, que sean relevados a un lugar más pequeño en donde puedan ser mirados con simpatía y dejen así de atormentar mi espíritu. No espero que seas tu quién los dome, esa tarea es mía, pero se que mi fortaleza aumentará si me apoyo en tu amor.

Sabes bien que haré todo lo que este a mi alcance para que seas feliz, pero debes saber también que soy imperfecto, que no siempre puedo hacer bien las cosas, y que uno no siempre consigue lo que quiere. Mi amor por ti es inmenso pero mi torpeza también lo es.

Me alegra saber que vienes por tu voluntad y si bien yo tiré de algunos hilos, tú caminas ahora decidida hacia mí. Entraras segura a mi corazón y tomarás lo que por derecho te pertenece. Todo te lo entrego, el amor, el odio, la guerra y la paz, la alegría, la tristeza, el entusiasmo, la locura, la soberbia, la mentira y la verdad. Tu sabrás que hacer pues eres la dueña de ese reino que late en mi pecho.

Te entrego así todo de lo poco que tengo a cambio de lo mucho que tú me das. La suerte sonríe a quien creía haberlo perdido todo.

TE AMO, POR SIEMPRE.


Esta carta fue encontrada junto al cuerpo sin vida de un hombre de 35 años, cuya identidad por ahora se mantiene en secreto, luego de que una hermosa joven de 22 años, al parecer la beneficiaria de la carta, le encajara un disparo de necesidad mortal en la cabeza, le abriera el pecho y le arrancara el corazón para engullirlo con una exquisita salsa de ajo y tomates, según su propia confesión.

1 comment:

Anonymous said...

"de necesidad mortal" jeje qué buena!pero esa salsa con ajos no me sabe bien, mejor le ponías unos champiñones.
Espero tu segundo relato..
HASH